En el centro de la península Ibérica se alza un conjunto de cadenas montañosas de baja altitud conocido como los Montes de Toledo. Se trata de una zona de gran valor ecológico dentro de cuyos límites se encuentra el Parque Natural de Cabañeros, y donde conviven especies amenazadas como el lince y el águila real, junto a jabalíes, venados y corzos.
Tradicionalmente los aceites de oliva producidos aquí han sido muy valorados por los expertos aceiteros por su extraordinaria calidad, conociéndose desde antaño en su argot como “Tipo Toledo”. Esta calidad se debe a unas condiciones de clima y suelo excepcionalmente propicias para el cultivo del olivo, así como a la utilización de la variedad “Cornicabra”, originaria de estas tierras y fruto de la selección que sus pobladores, desde fenicios y griegos hasta la actualidad, han venido realizando para conseguir su perfecta adaptación al medio.